No, no es precisamente de la tribuna en la que se ubica la hinchada más numerosa del país, me refiero a la zona de la que provienen 3 estandartes que le han ido resolviendo el asunto a José Fernando Santa. Si señor, empieza a entender el mensaje que aquí yacía confuso: el sur es nada más y nada menos que la tierra del “zorzal criollo”, Argentina. Los 3 pilares gauchos que durante diferentes tiempos fueron duramente criticados, hoy son referentes inamovibles de un equipo que aunque no termine de convencer(o por lo menos no a mi), ha ido mostrando mejorías en todas sus líneas, sobre todo en las de ataque. Nacional hoy es un equipo letal que aprovecha las opciones que crea, y mucho tiene que ver un delantero como Maggiolo que sin duda alguna está encendido u “on fire” como dijeran los anglosajones.

Antes que nada, pongamos en orden el triangulo argentino: Gastón Pezzuti, el cerrojo bonaerense, llegó a Atlético Nacional en el 2009 proveniente del “lobo” Jujeño que terminaría por descender a la B Nacional de aquel país, por lo que muchos a su llegada (como es nuestra pésima costumbre de criticarlo todo sin dejar que jueguen siquiera) se mostraron supremamente molestos: “ este Marulo es como marica, cómo va a traer un arquero de un equipo descendido… ¿ a caso se le olvida que es presidente de Nacional? Me decía algún hincha de Nacional cuando se enteró del portero que iba a custodiar el equipo del en ese entonces, Ramón Ángel Cabrero.

Arrancó el torneo y Gastón debutó rápidamente, recuerdo ese partido frente a la equidad, fue un pálido empate a 1. La actuación del golero gaucho fue muy discutida porque se vio seriamente comprometido en el tanto de la paridad, luego de un remate de fuera del área en la que él quedó completamente estático. Luego llegó el encuentro frente a América, quizás uno de los más recordados por los hinchas verdolagas por la calidad que manifestaron los nuestros en el Pascual Guerrero: aún así, el cotejo de nuevo había finalizado en empate y nuevamente Pezzuti se había equivocado en el segundo tanto, tras una mala salida que terminó por embocar Leider Preciado. Luego llegaron más tantos en los que el cancerbero se veía mal, sobretodo porque en la mayoría de esos remates de larga distancia, él no manifestaba ni deseos por salir bien en la foto del diario. Así pues el tanto de Gustavo Bolívar frente a Tolima y de Giovanni Hernández Frente a Junior, terminaron por acabar con la paciencia de algunos que enardecidos decían: “Nos metieron un tapado, ese tipo no es sino gritón”. La verdad es que el bonaerense había sabido resolver mano a mano de formas espectaculares, pero sus actuaciones cuando se le exigía desde lejos, eran bastante irregulares. Con el pasar de los juegos, esas voces de críticas se fueron acallando, gracias a que no volvieron a suceder ese tipo de jugadas. En mi concepto, fue un asunto de adaptación al medio y al esférico… hoy por hoy, Gastón es uno de los mejores arqueros del futbol colombiano: el mejor en el mano a mano y un líder indiscutible dentro de la plantilla.

Sigamos avanzando en este análisis de los “hijos de San Martin”. Ezequiel Carlos Maggiolo llegó “de la mano” de Pezzuti, también a reforzar el equipo que comenzaba a armar Ramón Cabrero. Lamentablemente para los verdolagas, el delantero bonaerense no había podido estar frente al conjunto “asegurador”, gracias a la demora en el envío del transfer desde México. Su debut se daría en ese ya mencionado y recordado juego frente a los “diablos rojos”. Su actuación fue tan buena, que todos nos ilusionamos al ver la forma en que “lechuga” pivoteaba, jugaba bien a espaldas de los delanteros, aguantaba el esférico y mostraba un sinnúmero de cualidades que no veíamos en un delantero desde el retiro de “la leyenda del gol”. Sin embargo, luego de marcar un par de goles, llegaron algunas lesiones que lo alejaron unos cuantos meses de la plantilla principal, lo que comenzó a disminuir su aceptación dentro de la fanaticada verdolaga.

Después de recuperarse de sus dolencias físicas, Maggiolo era un jugador más, la verdad es que no hacía la diferencia, salvo uno que otro partido, pero por lo general, el gol no era su mayor virtud. Y es que un delantero sin gol es como un tequila sin sal y limón (en verso y todo), sin gracia. Así entonces, aparecieron murmullos que bajaban desde las tribunas protestando el pobre promedio de gol del delantero.

Hoy no es que Maggiolo haya mejorado ese promedio, evidentemente si hemos de medir en ese aspecto su desempeño, lo vamos a terminar por rajar, sin embargo, en mi manera de ver lo que ha hecho “lechuga”, durante la presencia de Gio Moreno en Nacional, él se vio mal, en primer lugar porque el de los goles era el media punta que hoy está en Racing y en segundo lugar porque a falta de quien genere opciones de gol, es muy complicado que un 9 clásico como él se las arregle para embocarla, es bien sabido que la técnica de Ezequiel no es lo mejor que posee, como tampoco la tiene Palermo y aun así es un devorador del área rival. Quizás usted atine a decirme: “claro, pero es que a Palermo lo asiste un jugador como Riquelme” y es precisamente el argumento que en mi entender, sustenta el poco gol que tiene “lechuga”, Nacional NO tiene un jugador como Aldo Ramírez, por ejemplo. Hoy podemos decir que Maggiolo se encuentra en el mejor momento desde que llegó a Nacional, no sólo porque está de amores con el pórtico rival, sino que además porque la difícil hinchada verdolaga comienza a respaldar su labor y sobre todo, a gritar sus goles.

Finalmente, hablemos del “diablo”. Obviamente de uno bueno y argentino. Marcos Gustavo Mondaini, es el más nuevo del tridente gaucho que hoy inspira mi columna. Su arribo a “la capital de la montaña” se dio el primer semestre del presente año gracias a la también petición del timonel argentino que dimitiera el mismo semestre. El chaqueño que naciera en las entrañas del “xeneixe”, se trajo pensando en un delantero que fuese suplente de Maggiolo, pero una vez más le “pifiaríamos” al dato más importante: la posición. Mondaini NO puede suplir a Maggiolo porque este primero es más un 7, un delantero por fuera o volante por los costados, algo así como lo fuera en su momento Guillermo Barros Schelotto en Boca Junior.

Así pues, el delantero podía jugar con “lechuga”, el tema era que para ello, se debería sustituir alguno de los volantes. Por ello, durante el primer semestre, el “diablo” no tuvo muchas oportunidades de jugar y solamente se fogueaba en la copa postobón dónde hacía buenas presentaciones, las mismas que a la postre no le alcanzaban para figurar en la liga. Durante este semestre y con la llegada de Santa a la dirección técnica de Nacional, el jugador que triunfara en Ecuador ha tenido más minutos y ha respondido muy bien a esa confianza. No en vano en 5 partidos disputados por Nacional en la liga, lleva 2 tantos, uno frente a Deportivo Cali en el que ingresó finalizando el encuentro y otro marcado la noche anterior frente a Chicó. Pero lo suyo no es el gol y tampoco podemos exigirlo como principal responsabilidad, su función primordial debe ser la de romper con la línea defensiva rival por los costados y tirar buenos centros para que su compatriota los resuelva, como contra Once Caldas en Techo. Hasta ahora creo que Mondaini debe ser titular, inclusive por encima de Berrio, aunque personalmente me gusta mucho también el juego del moreno colombiano, pero no podemos permitir que se apague el momento de “Monda”, cuando Orlando tiene toda una carrera por delante, ya le llegará su momento. El tema es si Santa comparte este concepto, hoy, diría yo que si lo hace.

Si bien los argentinos no son ídolos nuestros, han ido dándonos una mano enorme, muchas veces nos sentamos a exigirles el doble en relación a nuestros nacionales, y con razón, sus salarios son enormemente dispares y si no vienen a aportar o a hacer diferencia, ¿a qué vienen? Pues a robar. Por fortuna creo que esto último no es el caso de ninguno de ellos, aunque tienen una deuda aun, devolvernos la gloria que nunca debimos perder…. Ojalá que lo hagan, que el auxilio se transforme en gloria.